El virus Ébola es el nombre de un virus de la familia Filoviridae y género Filovirus, situación taxonómica que comparte con el virus de Marburgo. Este nombre proviene del río Ébola (en la República Democrática del Congo, antiguo Zaire), donde fue identificado por primera vez en 1976 durante una epidemia mortal. Este virus es esencialmente el causante de la fiebre hemorragia viral del Ébola, una enfermedad infecciosa, altamente contagiosa y muy grave que afecta tanto a seres humanos como demás especies del reino animal.
Los virus Ébola y Marburgo son las dos especies tipo del género Filovirus, el único conocido en la familia Filoviridae. Esta familia comparte muchas características con las familias Paramyxoviridae y Rhabdoviridae; todas conforman el orden Mononegavirales.
El virus Ébola no presenta reacciones serológicas cruzadas con el virus de Marburgo. Esto permite su identificación serológica.
Morfología
Tanto el virus Ébola como el virus de Marburgo son virus pleomórficos (de morfología variable), cuyos viriones suelen presentar formas filamentosas (de ahí su catalogación como "filovirus"; ver imagen) que pueden alcanzar grandes longitudes (hasta 14 000 nm); sin embargo, presentan un diámetro bastante uniforme (aproximadamente 80 nm).
El genoma del virus consiste en una molécula única de ARN monocatenario lineal de polaridad negativa (19,1 kb) que tiene la información codificada para siete proteínas estructurales que forman el virión.
El virión está constituido por un nucleoide proteico con forma tubular (20-30 nm de diámetro) rodeado por una cápsida helicoidal (40-50 nm), recubierta a su vez por una membrana regularmente espiculada, su envoltura viral, estructuralmente integrada por una única glicoproteína viral.
El nucleoide está constituido por dos tipos de proteínas: la proteína NP, cuya función es estructural, y la proteína L, una ARN polimerasa. La cápsida se conforma por varias proteínas: proteína P, VP30 (proteína que le permite desdoblarse dentro de una célula hospedadora), VP35, VP24 y VP40. Las proteínas VP24 junto con la VP40 forman una matriz que mantiene unidos el nucleoide con la cápsida (nucleocápsida viral).
Cuadro clínico
Los síntomas son variables; al comienzo suele ser, generalmente, súbito y caracterizado por fiebre alta, postración, mialgia o dolor muscular severo, artralgias, dolor abdominal y cefalea.
En un lapso de una semana, aparece en todo el cuerpo una erupción, frecuentemente hemorrágica. Las hemorragias se presentan generalmente desde el tubo gastrointestinal, haciendo que el infectado sangre tanto por la boca como por el recto. La tasa de mortalidad es alta, alcanzando el 90%3 y los pacientes generalmente mueren por shock hipovolémico por la pérdida de sangre.
Tratamiento
El virus del Ébola, como todos los virus «calientes», no tiene cura y ningún tratamiento específico. El tratamiento que se utiliza en la actualidad es de sostén, soporte cardiopulmonar y de medicina intensiva, teniendo en cuenta el aislamiento del paciente y la protección de riesgo biológico para los prestadores de salud. Cuidado extremo con secreciones del paciente ya que es una infección muy contagiosa.
Es de fácil reproducción en laboratorios, altamente eficaz por aerosoles, muy contagioso, la mortalidad por ébola puede llegar al 90 %, y lo más relevante es que no existe aún tratamiento específico.
A pesar de lo que se creyó en un principio, se ha demostrado que el suero consistente en la sangre de los supervivientes al virus no es efectivo en el tratamiento de la enfermedad.
En 1998, Maurice Iwu anunció en el Congreso Internacional de Botánica que el extracto de la fruta de Garcinia kola, un árbol de África occidental, utilizado por curanderos locales en otras dolencias, detenía el crecimiento del virus en pruebas de laboratorio. No obstante, a fecha de junio de 2005, aún no se han realizado pruebas con animales o seres humanos.
Científicos del USAMRIID y otros institutos han logrado producir una vacuna de Virus Ébola desactivado montado en virus del resfriado común, que parece haber tenido éxito en ratones y monos. Esto da esperanza a todos aquellos que viven en zonas donde el Ébola es endémico, y puede ser el primer paso para la elaboración de otras vacunas.